Entre otras cosas hoy tuve la oportunidad de asistir a la Santa Misa. Esta vez en la Parroquia de San Alfonso en Ocean Springs. El Padre White cerro hoy su homilia recordando que ayer fue 11 de septiembre. El patriotismo se respira hondo aqui. Y es natural, este pedazo de costa tiene muchas bases cercanas. La mas cercana es Kessler.
El padre White trajo el siguiente planteamiento que considero valido dada la historia de la region. Indico que los musulmanes quieren Islamizar a America mencionando el nombre de la mezquita, Nueva Cordoba.
Encontre interesante su planteamiento y saque un rato para buscar un poco de historia.
Todo ese analisis esta debajo para que lleguen a sus propias condiciones. En mi opinion no creo que sea buscando paz y tolerancia religiosa. Llegara a ser una puerta al extremismo??? Lo dudo. Pero entiendo que los musulmanes tienen todo el derecho de hacer una mezquita en esa area.
La conquista es asi. Siempre escribe el libro el victorioso. Esos cuentos de intolerancia musulmana son los mismos cuentos de la intolerancia de los catolicos, que a su vez son los mismos cuentos de la persecucion de los cristianos y evangelicos a otras denominaciones.
Expuse este articulo aqui porque complementa con otro de intolerancia a los extranjeros que oia por el radio los otros dias. El tema era como los mejicanos convertirian a America en otro Juarez, donde la sangre brota de las calles dominadas por los narcos. La retorica del individuo iba por la linea de que eran 'expendables'. Como si fueran carro/na, que mueren en el intento. Que los irlandeses o italianos que llegaron a America tambien fueron expendables. Y como cuando la ACLU y los grupos raciales cambiaran la politica del pais los Americanos tambien serian expendables.
ufff
retorica de mierda...
aqui los links:
Se conoce como al-Ándalus (árabe الأندلس) al territorio de la Península Ibérica y de la Septimania bajo poder musulmán durante la Edad Media, entre los años 711 y 1492.[1] [2]
Tras la invasión musulmana de la península, al-Ándalus se integró inicialmente en la provincia norteafricana del Califato Omeya, para más tarde convertirse en un emirato y posteriormente en un califato independiente del poder abasí. Con la disolución del Califato de Córdoba en 1031, el territorio se dividió en los primeros reinos de taifas, periodo al que sucedió la invasión de los almorávides, los segundos reinos de taifas, la invasión de los almohades y los terceros reinos de taifas. Con el avance de la Reconquista iniciada por los cristianos de las montañas del norte peninsular, el nombre de al-Ándalus se fue adecuando al menguante territorio bajo dominación musulmana, cuyas fronteras fueron progresivamente empujadas hacia el sur, hasta la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492, que puso fin al poder islámico en la península Ibérica, aunque aún quedaban musulmanes viviendo en la Península (véase La Alpujarra).
La población de al-Ándalus era muy heterogénea. Desde el punto de vista étnico estaba constituida principalmente por hispanogodos; seguidos por los bereberes, que conformaban la práctica totalidad de los ejércitos invasores y los muy inferiores en número líderes locales árabes. Desde el punto de vista religioso la población era o musulmana o dhimmi (cristianos y judíos). Se conoce como muladíes a los hispanogodos cristianos de al-Ándalus que se habían convertido al Islam, mientras que se llama mozárabes a los que conservaron la religión cristiana. Tanto unos como otros adoptaron costumbres y formas de vida musulmanas. La clase dominante estaba formada por árabes, beréberes y muladíes y la clase dominada lo estaba por cristianos y judíos.
La estructura social andalusí estaba condicionada por el origen étnico de cada grupo y por la clase social. Aunque el islam sólo reconoce un tipo de sociedad, la umma o comunidad de creyentes, los juristas islámicos fundaron el estatuto social sobre la condición de hombres libres y esclavos. La estructuración interna de cada grupo respondía al siguiente esquema: nobleza (jassa), notables (ayan) y masa (amma).
Los mozárabes y los judíos gozaban de libertad de culto, pero a cambio estaban obligados al pago de dos tributos: el impuesto personal (yizya) y el impuesto predial sobre el ingreso de las tierras (jaray). Estos dos grupos tenían autoridades propias, gozaban de libertad de circulación y podían ser juzgados de acuerdo con su derecho. Sin embargo, también estaban sujetos a las siguientes restricciones:
no podían ejercer cargos políticos;
los hombres no podían casarse con una musulmana;
no podían tener criados musulmanes o enterrar sus muertos con ostentación;
debían habitar en barrios separados de los musulmanes;
estaban obligados a dar hospitalidad al musulmán que la necesitara, sin recibir remuneración.
Ciudades como Toledo, Mérida, Coimbra y Lisboa eran importantes centros mozárabes. La convivencia no siempre estuvo libre de conflictos. En Toledo los mozárabes llegaron a encabezar una revuelta contra el dominio árabe. Algunos mozárabes emigraron a los reinos cristianos del norte, difundiendo con ellos elementos arquitectónicos, onomásticos y toponímicos de la cultura mozárabe. Los judíos se dedicaban al comercio y a la recolección de impuestos. Fueron también médicos, embajadores y tesoreros. El judío Hasdai Ibn Shaprut (915-970), llegó a ser uno de los hombres de confianza del califa Abderraman III. En cuanto a su número, se calcula que a finales del siglo XV había unos 50.000 judíos en Granada y unos 100.000 en toda la Iberia islámica.[16]
Es muy difícil calcular la población del al-Ándalus durante el periodo de mayor extensión del dominio islámico (siglo X), pero se ha sugerido una cifra próxima a los 10 millones de habitantes. Los árabes se establecieron en las tierras más fértiles; el valle del Guadalquivir, levante y el valle del Ebro. Los bereberes, ocuparon las áreas montañosas, como las sierras de la Meseta Cental y la Serranía de Ronda, siendo también numerosos en Algarve (un bereber, Said ibn Harun, daría su nombre a Faro), si bien, después de la revuelta bereber de 740, muchos regresaron al norte de África. En 741 llegaron a al-Ándalus un gran número de sirios con el objetivo de ayudar en la represión de la revuelta berber, que acabarían por asentarse en el este y sur peninsular. Hay igualmente fuentes que apuntan hacia la presencia de familias yemeníes en ciudades como Silves. Cabe aún destacar la presencia de dos grupos étnicos minoritarios, los negros y los eslavos.
Los negros llegaron a al-Ándalus como esclavos o como mercenarios. Desempeñaron funciones como miembros de la guardia personal de los soberanos, mientras que otros trabajaban como mensajeros. Las mujeres negras fueron concubinas o criadas. Los eslavos fueron inicialmente esclavos, pero muchos consiguieron progresivamente comprar su libertad. Algunos alcanzaron importantes cargos en la administración y durante el periodo de los primeros reinos de taifas (siglo XI) algunos eslavos formarían sus propios reinos.
Las casas de las clases más acomodadas se caracterizaban por su confort y belleza, gracias a la presencia de divanes, alfombras, almohadas y tapices que cubrían las paredes. En estas casas las noches se animaban con la presencia de poetas, músicos y bailarines.
En las zonas rurales y urbanas existían baños públicos (hammam), que funcionaban no sólo como espacios para la higiene, sino también de convivencia. Los baños árabes presentaban una estructura heredada de los baños romanos, con varias salas con piscinas de agua fría, tibia y caliente. En ellos trabajaban masajistas, barberos, responsables de guardarropa, maquilladores, etc. La mañana estaba reservada a los hombres y la tarde a la mujeres. Con la Reconquista cristiana muchos de estos baños se cerraron al entenderse que eran locales propicios a la conspiraciones políticas, así como a la práctica de relaciones sexuales.
El pan era la base de la alimentación del al-Ándalus, consumiéndose también carne, pescado, legumbres y frutas. Los alimentos eran cocinados con hierbas aromáticas, como el orégano, y especias (genjibre, pimienta, comino...). La grasa usada era el aceite (al-zait), siendo famoso el producido en la región de Coimbra. Los dulces eran también apreciados, como las queijadas (qayyata), el arroz dulce con canela y diversos pasteles hechos con frutos secos y miel, que son aún hoy característicos de la gastronomía de ciertas regiones de la península.
La cultura andalusí alcanzó un alto nivel, hasta el punto de que al-Ándalus se convirtió en referencia para el resto del mundo islámico. El árabe se impuso como idioma culto, aunque gran parte de la población empleaba lenguas romances o hebreo. Esta diversidad lingüística se reflejó en la literatura, concretamente en la moaxaja.
Gracias al uso del papel, que permitía copias económicas, la biblioteca de al-Hakam II en Córdoba (una de las 70 en la ciudad), contenía 400.000 volúmenes, entre ellos, los tesoros de la antigüedad greco-latina y aportaciones originales de pensadores musulmanes como Avempace y Averroes.
De aqui algunas fuentes que pudo usar el Padre White:
Using America's freedom of religion for the establishment of a religion that holds steadfastly to cutting off freedom of religion and freedom of speech in both principle and practice places the religion of Islam in direct contradiction with the American way of life. American secular culture, informed with Judeo-Christian principles, is heading on a collision course with its foreign antithesis, a culture I am all too familiar with.
When I ask my American friends about the proliferation of Islam in America, the typical response is that everything will work out just fine in America because America allows room for practice of all religions and all beliefs. Some even quote their Muslim friends who are adept at refuting the skeptics. Americans have become apologists for Islam without knowing the important facts about Islamic religious beliefs and practices, particularly the practice of taqiya.
Lying is allowed, as stated in Islamic doctrine, when a believer (Muslim) is speaking to a non-believer (non-Muslim) for the purpose of achieving his goal, the advancement of Islam. When this convenient tool is utilized by a Muslim in speaking to the non-Muslim, it is especially effective in promoting acceptance of Islam.
Our democracy is at work as we exercise our freedom of speech and assemble in the streets on 9/11 this year to prevent the construction of a mosque at Ground Zero, a symbol of victory commemorating the profound material and psychological damage caused by the enemy of our nation in an attack upon us nine years ago. If the will of the people of New York City combined with the many voices around our country is able to halt this project, then not only is it a testimony to the strength of democracy in America, but, equally as important in defeating this travesty, it becomes the stumbling block to what will be the flagship used in launching the ideological forces aimed at destroying this very process.
http://answering-islam.org/authors/thomas/ground_zero_mosque.htmlThe project by Muslims to build a mosque in the United States, close to the place where the 9/11 attack took place, is causing quite a stir. It is worth noting that the name chosen for the mosque is confrontational and provocative. The first Cordoba mosque was built in that Spanish city in the aftermath of the Muslim conquest of Christian Spain. This Islamic “Conquista” was followed by the killings of men, and the enslavement of women, many of whom were carried away to the Arab lands to work as servants and concubines for their Muslim masters. For both Arabs and Muslims, the history of their conquests remains as a symbol of their past glory, and power. They have no thoughts of remorse or shame, when they recall those heinous crimes that accompanied the colonization of Spain!
Nowadays, some Muslims in America dream of repeating that ugly history of Islamic imperialism. In fact, I submit that the very choice of “Cordoba” as the name for the projected mosque was not an innocent one. On the contrary, it indicated a longing for the resumption of Islamic futuhat (conquests) throughout the world.
Actually, New York City has already several Sunni and Shi’ite mosques. It is a known fact that the Irhabi ideology has infiltrated many of the Sunni centers; while some Shi’ite mosques have allowed Iranian Intelligence services to operate freely within them.
The State of New York has no need for more mosques, since there are plenty of them. Furthermore, Muslims living in New York do not frequent their mosques on a daily basis; usually they go to them either on Saturdays or on Sundays, due to the nature of their work. Therefore, there is no real need for the building of the Cordoba Mosque; especially as the project has already provoked the sentiments of Americans, by reminding them of the attacks on 9 September, 2001, the Islamic conquest of Spain, as well as the tragic consequences of Islamic imperialism in general.
As an Arab Muslim, and a citizen of the United States, I would urge the United States Government to confiscate the funds that have been set aside for this Project, and to allocate them for the re-building of the World Trade Center in New York City. I would also suggest that the building of new mosques in the United States be curtailed, as they have become centers for the spread of radical Irhabi ideologies that instill in the minds of some American Muslims a powerful hatred of all non-Muslims.(Arabic source; translation mine)